Cuando quema el desierto el desencanto,
como mujer ya no tienes camino;
te cerraron las puertas del destino,
y tu voz se secó con tanto llanto.
Tu cuerpo mutilado con espanto,
por ser solo un cuerpo femenino;
en un rito que es sangriento y mezquino,
donde tambien el alma es un quebranto.
No consintamos ese desatino,
que no hay Dios o creencia que permita;
en el nombre de un precepto divino.
Se maltrate como una proscrita,
emanando ese insitito anodino;
imprimiendo supremacía maldita.
(Dedicado a las mujeres que sufren ablación del clítoris)
Mariola López