Cuando estaba mi alma desterrada,
esa tristeza, invadía mis días;
en mi entorno, observé hipocresías,
mi pena… no tenía ni coartada.
La mañana no tiene alborada;
las noches, se hacen largas, duras y frías;
me siento... cual ave de cetrerías,
sufro, el pasto de una encrucijada.
La soledad querida y añorada,
cual deseo como agua de mayo;
y en ella sumergirme bien bañada.
Me queme todo dolor algún rayo,
comenzado de nuevo de la nada
haciendo de nuevo “mi vida un sayo”
Mariola
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Un regalo de José Espinar: Muchas gracias José, un abrazo...
Hola Mariola muy bonito poema. Cara vez que rencemos es un paso menos hacia el cielo. Me viene tanto a la memoria al leerte que lo que te puedo decir con mas sentido es ve aqui:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ECBczWon1_8&feature=related
Bonito dia amiga!