Sabes bien que tu mirar me embelesa,
en tus labios, siempre me perdería;
da igual que sea de noche o de día,
tendrías mi letanía inconfesa.
De llegar a tus oídos, posesa,
las palabras que jamás yo diría;
cometiendo en tu cuerpo la herejía,
en papilas, marcar mi
presencia.
Estertor que crea la inconsciencia,
y el placer que produce esa locura;
con el desate loco de vehemencia.
Y no se… si también la compostura,
instrumento de esa cadencia;
invistiendo más tarde de ternura.
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