Es verdad que no todo tiene precio,
ni de adquirir, se
alcanza cualquier cosa,
puede llegar a ser infructuosa,
de tener “paño de seda” a recio.
Por no evaluar el
justiprecio,
al canjear cardo, por
una rosa,
permitir que se llene de babosa,
de las espinas de abrojo necio.
Y es que quien no
valora no aflora,
no tiene ni principio ni final,
ni es de respeto merecedora.
A quien no sabe distinguir
lo floral,
termina por ser una “perdedora”
por desconsiderado y trivial.
Mariola
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