Bajo la tenue luz de mil estrellas,
podría sostenerte en mi regazo;
abandonando penas en mi brazo,
del daño que te hicieron las doncellas.
Con amor borraríamos las huellas,
hasta que rebosara todo el vaso;
desde al amanecer hasta el ocaso,
y de caricias llenar las botellas.
No hay mejor medicina que el tacto,
percibir el calor en un abrazo,
al sentir los dos cuerpos en contacto,
cuando prende el fuego del
chispazo,
y los dos, intervienen en el acto;
sin que nada…o nadie de frenazo.
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