Apoyada del aire, en sus balcones,
me mecí en tu fina apología;
me arrastró , tú dulce melodía,
sufriendo como otras de abducciones.
Cantos de sirenas en acordeones,
sonaban en dolor a la agonía;
el deseo… por triste sinfonía,
acabaron aquellas adicciones.
Cayeron al pozo las ilusiones,
conocí del desencanto su cara;
arrugas en la faz, de las traiciones,
tras tus canas misantropía, vana
terremotos en propias reacciones.
“Tu: arisquez”, y yo: “la ingenua sana”
De apretar…aprietas tanto…
que muy poquito abarcas.
me mecí en tu fina apología;
me arrastró , tú dulce melodía,
sufriendo como otras de abducciones.
Cantos de sirenas en acordeones,
sonaban en dolor a la agonía;
el deseo… por triste sinfonía,
acabaron aquellas adicciones.
Cayeron al pozo las ilusiones,
conocí del desencanto su cara;
arrugas en la faz, de las traiciones,
tras tus canas misantropía, vana
terremotos en propias reacciones.
“Tu: arisquez”, y yo: “la ingenua sana”
De apretar…aprietas tanto…
que muy poquito abarcas.
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