Mientras forjamos cálidos abrazos,
y aguardan mis
agitadas manos,
tu anatomía me ofrece tempranos…
los relieves trémulos sin retazos.
Se niegan rotundos a los reemplazos,
que eso poros ensueñan
soberanos,
entrándose en los placeres mundanos;
de la aventura turgente a plazos.
En mis más hondo y profundo secreto,
que rezuma en las paredes el deseo;
y al que sin darme cuenta me someto.
me ofrendas tu
preciado trofeo,
sin prisas en absoluto: asueto
mientras tu exploras, yo te saqueo.