podría abrazarte con desenfreno,
palmo a palmo y en buena sintonía,
inocularte de amor, mi veneno.
Acariciar tú piel hasta el nuevo día,
absorto en el hueco
de mi seno,
percibir esa dulce
melodía,
levitar en un gran lago sereno.
Besar nuestros cuerpos en armonía,
sin cortapisas, y sin ningún freno,
susurrar al oído poesía,
para sentir el corazón
libre y pleno.
Porque no voy a canjear un amor…
por vivir en soledad con dolor.