Si de tu silencio fueras consciente,
del daño que le hace a las pasiones;
sin descanso alguno estará tu mente,
al cobrar tu alma in-sensaciones.
Las dudas te corroen las entrañas,
pero no devuelves las atenciones;
y tus ojos completos de legañas,
no perciben tampoco las razones.
Que el que recibe tiene que dar algo,
no sirve espera tranquilo sentado;
en su caballo como gran hidalgo,
te quedas inerte y congelado.
Pues te aviso... que el que no corre vuela,
y al que le duele le quitan la muela.
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