Desnudar no; las sombras de tus días,
ni escarbar en los íntimos secretos;
porque de ellos estamos repletos,
camuflado en nuestras abadías,
vislumbro, intuyo, que taparías,
las lujurias, a base de decretos;
a veces tus sueños, están inquietos,
y a tu cuerpo muy bien reprimirías.
No tapes lo que sale de tu fuente
ni ocultes lo que bien te maravilla,
puede que también alguien te siente,
aquello que sonroja…una mejilla,
confía en sembrar, esa simiente
y... ambos que naden de cada orilla.
Mariola López