Quizás se me acuse de orgullosa,
tal vez, de tratar con indiferencia;
pienso que soy fiel a la creencia,
de ser en la relación: armoniosa.
A quien no se abre como una rosa,
o quien se cubre bien en conciencia,
el trato es en equivalencia,
muy tacaño en ser amistosa.
Pues no doy más de lo que recibo
no quiero más el alma ultrajada
pues por dar de más parecer masoca,
y devuelvo lo mismo que percibo,
me he sentido mucho tiempo “robada”,
y ahora bailo al son que me toca.