En las curvas de un soneto II
Me acerco a tu escondite despacito,
Te acaricio con solo la mirada;
observando me quedo anonadada,
en voz baja en tu oído te recito.
Con mis labios te beso y resucito,
en tu seno me quisiera abrazada;
y sentirme en tu cuerpo acomodada.
¡Ay que de cosas en ti yo suscito!
Con tu mano mi cara acaricio,
y en tus ojos te reposo un besito;
la ternura, propicia un beneficio.
Ante tu templo me inclino y musito,
desenredando ese maleficio.
Yo te doy... un abrazo apretadito
Mariola, son preciosos ambos, la primera y la segunda parte. No llegué a tiempo y, ahora, las he leído las dos, me he deslizado con gusto por los versos, como una niña se desliza feliz de gozo por un tobogán querido.
ResponderEliminarAfrontas cada vez mejor las hermosas curvas del soneto.
Besazos.
Bueno es que primero me salió la primera parte, y me quedé varada en la segunda....
ResponderEliminarEntonces decidí publicar solo el primero.
Cuando salió el segundo... fue cuando lo publique por eso van separdos, pero más tarde decidí que deberían ir juntos.
Un besito
Mariola