Como hacer el amor es todo un rito,
hay quien lo compara con un buen vino;
saboreando el trago en catavino,
cada sorbo, gozando despacito.
Con el tiempo parado al infinito,
por retrasar el juego yo me inclino;
escalando ambos, cielo divino,
saciándonos del voraz apetito.
Deslizados en nubes de seda y lino,
dedicandole el tiempo suficiente,
deleitándonos por ese camino.
Regocijando la cuesta ascendente,
sin prisas por arribar el destino,
en un tierno abrazo plácidamente.