apagando el fuego que me quemaba,
la pasión por las venas se inyectaba;
simplemente, teniéndote a mi vera.
De tu amor, quiero ser la bandolera,
que transita caminos como esclava,
tus instintos me enredan y socavan;
agitando ingredientes en coctelera.
Tu equinoccio me quema en la hoguera,
y no deseo que ese fuego consuma,
La flor de la lujuria que naciera.
Naufraguemos en el mar de la quimera,
perdamos la noción y la cordura;
sin querer retornar a la rivera.
Mariola López