Surgen en el lejano horizonte
en movimiento una silueta,
música en armonía cada
aleta,
se dibuja en el esbozo del monte.
Entre prados, mesetas y su remonte,
realza el firmamento cual cometa;
entre estrellas la
noche lo decreta,
con testigo de la luna enfrente.
¡Si vieras D. Quijote ese molino!
en camino de tu cabalgadura,
afrenta al gigante
cervantino;
sin más parapeto que tu armadura,
al defender con
garrocha y gran tino;
¡caballero andante tu bravura!