Reclinado en las curvas de un soneto,
escondido resistes agazapado;
del olvido ser abanderado.
tan helado en tu hoguera al completo.
A las reglas sometido el sujeto,
viviendo en ese tu desierto ahogado;
por torrente de inquina arrastrado,
victima fiel de tu propio decreto.
Hay leyes que te incita a lo infecundo,
que no tiene caminos ni veredas;
ni senderos cálidos por el mundo,
Riquezas las hay más que las monedas,
como la amistad y el amor profundo;
tu mismo sacaras las moralejas.
(Dedicado a un cabezota)
II
Me acerco a tu escondite despacito,
Te acaricio con solo la mirada;
observando me quedo anonadada,
en voz baja en tu oído te recito.
Con mis labios te beso y resucito,
en tu seno me quisiera abrazada;
y sentirme en tu cuerpo acomodada.
¡Ay que de cosas en ti yo suscito!
Con tu mano mi cara acaricio,
y en tus ojos te reposo un besito;
la ternura, propicia un beneficio.
Ante tu templo me inclino y musito,
desenredando ese maleficio.
Yo te doy... un abrazo apretadito
Mariola López